Silogismo | Qué es un silogismo y tipos
Un silogismo es un argumento formado por:
- Dos premisas
- Una conclusión
Los silogismos representan el pensamiento deductivo y llegan a conclusiones concretas partiendo de principios generales.
Silogismo: ejemplo
Premisa 1: Ningún humano puede volar.
Premisa 2: Jose es un humano.
Conclusión: Por lo tanto, Jose no puede volar.
La meta principal de un silogismo es probar una conclusión de manera lógica.
Normalmente, los silogismos se emplean en campos académicos y profesionales, tales como la lógica formal, la filosofía y las matemáticas.
El pensamiento silogístico se utiliza con frecuencia en las decisiones de la vida diaria, aunque estos pensamientos no siempre se manifiestan de forma verbal.
Índice de contenidos
¿Qué tipos de silogismos existen?
Los silogismos se definen como argumentos formales que incluyen dos premisas y una conclusión.
A pesar de que hay diversas clases de silogismos, todos forman parte del razonamiento deductivo.
Hay tres tipos de silogismo según su función:
Silogismos hipotéticos
El silogismo hipotético sirve para investigar teorías.
El silogismo hipotético se refiere a una relación “si-entonces”. También se conoce como silogismo condicional.
Ejemplos de silogismo hipotético o condicional
Premisa 1: Si no me visto, no puedo salir de casa.
Premisa 2: Si no salgo de casa, no puedo ir al trabajo.
Conclusión: Por lo tanto, si no me visto, no puedo ir al trabajo.
Las premisas 1 y 2 establecen condiciones consecutivas (“si”) que llevan a la conclusión (“entonces”).
Silogismos categóricos
Un silogismo categórico señala una conexión entre clases o categorías de elementos, es decir, sirve para manifestar vínculos entre categorías.
La primera premisa establece un principio general, mientras que la segunda premisa ejecuta ese principio en un caso particular.
Ejemplo de silogismo categórico
Premisa 1: Todos los gatos son desconfiados.
Premisa 2: Michi es un gato.
Conclusión: Por lo tanto, Michi es desconfiado.
Este silogismo categórico establece una relación entre las categorías “gatos” y “desconfiados”.
La premisa mayor expresa una generalización. Después, la premisa menor acota el argumento.
“Gato” es un término medio que figura en las dos premisas y sirve de conexión entre ellas.
Dentro de los silogismos categóricos, están los silogismos inductivos.
Los silogismos inductivos establecen conclusiones a través de la generalización y de las probabilidades.
Por tanto, la validez de los silogismos inductivos se basa en la fortaleza de las premisas, en lugar de en la forma.
Por eso, los silogismos inductivos pueden incurrir en un sofisma, es decir, algo que aparentemente es verdad, pero que resulta ser falso.
Esta falsedad puede deberse a que la experiencia personal puede llevar a establecer una conclusión que excede los límites de lo comprobable.
Ejemplo de silogismo inductivo
Premisa 1: Los pájaros del bosque de al lado de mi casa son asustadizos.
Premisa 2: Los pájaros del bosque de al lado de tu casa son asustadizos.
Conclusión: Todos los pájaros son asustadizos.
Silogismos disyuntivos
Un silogismo disyuntivo ofrece dos alternativas y alcanza una conclusión basada en la falsedad de una de ellas.
Ejemplo de silogismo disyuntivo
Premisa 1: Todo el mundo es zurdo o diestro.
Premisa 2: Mi hermana no es diestra.
Conclusión: Por lo tanto, mi hermana es zurda.
Los silogismos disyuntivos requieren un proceso de eliminación.
En este ejemplo, la segunda premisa demuestra que una de las opciones es falsa, puesto que la premisa 2 “mi hermana no es diestra” es verdadera, y la premisa 1 y la 2 son mutuamente excluyentes.
Por lo tanto, la otra opción tiene que ser verdadera (es decir, “mi hermana es zurda”).
Silogismo falso o silogismo ilógico
Los silogismos buscan establecer casos cerrados para sus conclusiones mediante la estructuración de dos premisas, de tal forma que, si ambas son verdaderas, la conclusión debe ser inherentemente verdad.
Se cree que el filósofo Aristóteles fue el primero en desarrollar los silogismos, los cuales han jugado un rol crucial en la evolución de la lógica formal y la filosofía occidental.
Para que un silogismo sea válido, sus premisas han de llevar de manera lógica a su conclusión.
Si un silogismo tiene un defecto estructural que lo invalida, se trata de un silogismo falso o silogismo ilógico e incurre en una falacia.
Ejemplo: silogismo disyuntivo falaz o silogismo falso
Premisa 1: Puedes comerte otro plato de pasta.
Premisa 2: O puedes servirte un vaso de vino.
Conclusión: Estás comiéndote otro plato de pasta, así que no vas a servirte un vaso de vino.
Se trata de un silogismo disyuntivo falaz porque ambas premisas podrían ser verdaderas y que, a la vez, la conclusión fuera falsa (por ejemplo, que la persona se coma otro plato de pasta y también se sirva un vaso de vino).
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